
Ese día salí de la escuela, doble la esquina y me tropecé conmigo mismo. Yo pensé que era un sueño pero al mirarnos fijo me di cuenta que era verdad, él iba camino al escuela.
Cuando llegué a casa les conté a mi familia, pero ellos no me creyeron, dijeron que era a causa del cansancio, ya que ese día me había levantado muy temprano.
Al otro día salí del colegio, y lo esperé en la esquina. Pero él nunca apareció. Al día siguiente fui al kiosco y me lo encontré allí. No podía dejarlo escapar, fue entonces cuando decidí hablarle, y le pregunte ¿Cómo se llamaba? ¿De dónde era? y ¿Qué hacía?, él se rió al ver que me había entusiasmado con las preguntas. Tranquilamente respondió: me llamo Lucas, vivo a la vuelta de la escuela y estoy esperando para entrar al colegio. Nos pasamos el celular para seguir en contacto y descubrir porque éramos tan parecidos, ya que nos llamaba mucho la atención.
Llegué a casa, y pensé en buscar fotos viejas por que tal vez tendríamos un parentesco y no estaba muy equivocado. Había encontrado una foto en la cual aparecía yo de bebé y otro muy similar a mi lado. No dude preguntarle a mi familia quien era el otro bebé y me contaron que éramos gemelos pero a los meses de nacidos a él le agarro una enfermedad y los médicos dijeron que había fallecido. Pero los médicos al parecer se habían equivocado y lo entregaron en adopción.
Al otro día fuimos con mi familia a esperarlo a la salida del colegio, ya que no podíamos creer que mi hermano gemelo estaba vivo. Necesitábamos hacerle preguntas con respecto a su identidad, y afirmar nuestras sospechas. De pronto apareció, y lo invadimos con preguntas. Nos llevó a la casa para que hablemos con su familia y nos saquemos nuestras dudas. Era tal como lo pensábamos él era aquel bebé que nosotros creíamos fallecido.